Perdí el rumbo de mi destino,
un destino tan incierto que daba
miedo, el ni siquiera intentar averigüarlo,
era tan incierto como verídico que no
era aquello que queríamos.
Desconcertante el saber que hay que cambiar
de rumbo para llegar al punto en el que ese
destino se asemejaba al elegido.
Destino diverso a la par que incierto,
destino buscado a la vez que anhelado,
rumbos intermitentes que cambian
el camino a la vez que el destino de
cada uno de nosotros.
El tiempo juega en nuestra contra,
para encontrar y conseguir atrapar
ese destino ansiado.
para encontrar y conseguir atrapar
ese destino ansiado.