Sin pensar, sin reaccionar, sin aliento… pensando
en que me había podido suceder instantes previos al haber sufrido ese golpe tan
terrible, esa caída al suelo que inconsciente me dejó;
Al poder reaccionar vi que todo a mi alrededor se encontraba a oscuras, gateando y un movimiento serpenteado, me dirigí hasta la luz… una vez allí, unos instantes antes de dar al interruptor, el miedo, la inquietud y la curiosidad…toda esa mezcla de sentimientos se me vinieran de repente a la mente, por miedo a saber si quería encontrar la verdad… después de que el miedo me poseyera por unos instantes, me agarré de valor y encendí la luz para que finalmente pudiera encontrar lo que tanto terror me producía…
Al final no fue para tanto… no encontré nada
a mi alrededor pero eso aún me producía aún más miedo, me miré en el espejo y
encontré en mi una curiosa marca en el cuello…dentro del terror y del ansia que
me corroía por todo el cuerpo…poco a poco mi cuerpo se volvía más pétreo y
rígido, que con ello sentía que la sangre de mi cuerpo empezaba a quedarse
congelada y el color de mis ojos poco a poco cambiaba hasta llegar a un color
rojizo ensangrentado…todo mi cuerpo en sí estaba cambiando, lo más vulnerable
en ese preciso momento es la incapacidad para poder captar en un futuro y no
muy lejano algún atisbo de mi capacidad sensorial innata que antes poseía, esa
incapacidad que por más que me esforzaba en que no se perdiera, más rápido me
convertía en algo que inamovible, como si de una estatua de mármol se tratase
tan frío y duro…al fin y al cabo me estaba convirtiendo en algo etéreo… por un
momento por mi humana mente se me pasó la posibilidad de que pudiera ser algo
pasajero, un sueño…una pesadilla…algo que cuando realmente despertase se
esfumaría y que todo iba a ser eso un maldito sueño…
pero yo jamás desperté de ese letargo, yo
seguía siendo en lo más adentro de mi ser una forma humana con cuerpo rocoso…
al cabo del tiempo, exactamente durante tres largos siglos mantenía la
esperanza de que esto sería una vil canallada de alguien que no quería su
propia vida pero, no, por más que quería concienciarme de ello más sufría por
dentro, hasta que un día por fin acepté que ese era mi destino, ni un solo día
he dejado de pensar en aquella trágica noche en la que dejé de ser humana para
convertirme en una estirpe peor…UN VAMPIRO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario